Por Melissa Navea Varas, dirigenta Secretaría de géneros y sexualidades Universidad Católica del Norte Antofagasta, delegada Congreso Nacional por la Educación No Sexista.
Hace ya tres décadas, en el Iº Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, se propuso establecer el 25 de noviembre como el Día de lucha contra la violencia hacia las mujeres. Se homenajeaba así a las hermanas dominicanas asesinadas hace más de cuatro décadas, Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, militantes en la resistencia contra el régimen militar de Rafael Trujillo. Dictadura en la cual fueron brutalmente toturadas, encarceladas y finalmente sesinadas. No obstante, el repudio a este brutal asesinato de las valientes hermanas Mirabal abrió paso al derrocamiento del dictador, como ejemplo de organización y lucha.
Sin embargo, hace ya 33 años que se instauró este día, me cabe recalcar la duda, ¿Acaso se ha logrado disminuir la violencia hacia las mujeres? La realidad nos abofetea la cara. Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia de género se ha convertido en la primera causa de muertes de mujeres a nivel mundial; miles de mujeres son asesinadas cada año sólo por ser mujeres, y por supuesto, por lo que esto conlleva en esta Sociedad en donde el hombre suele mostrarse y respetarse como un sexo-género superior, como parte de un “sentido común” enmarcado en una forma de opresión histórica, el patriarcado.
Los asesinatos son el último y más brutal eslabón de una larga cadena de múltiples y variadas formas de violencia: las violaciones y abusos, los maltratos y los golpes, el desprecio y la humillación, el acoso callejero, son mucho más habituales de lo que podemos pensar y, en la mayoría de las ocasiones son hechos silenciados.
Violencia a la vuelta de la casa, del trabajo y de la facultad
La noticia que ha causado gran conmoción en la última semana acerca del acosador que espera a las afueras de la UCN Antofagasta, para perseguir, “manosear”, incluso masturbarse en frente de las estudiantes, da ejemplo de esto. Sin embargo a pesar de que sorprende por tratarse de un sujeto reconocido por el estudiantado, guardias, y ahora de manera más mediática en la prensa, esto no sucede cuando se naturalizan los “piropos” que diariamente tenemos que soportar las mujeres en las calles, sin duda esto no deja de ser violento. La cosificación de la imagen de la mujer que nos reduce a ser un objeto sexual para el disfrute de terceros sin tener en cuenta nuestros propios intereses. Tampoco que no nos podamos vestir de la manera que queramos porque esto aumenta la probabilidad de ser vulneradas en los distintos niveles en que pueda presentarse la violencia de género.
Sin embargo, no sólo la violencia de género de las formas ejemplificadas anteriormente son violencia. También la agresión y violencia inflingida contra las mujeres por el Estado capitalista, sus instituciones y otras redes para-estatales es violencia, entre las que podemos nombrar a la represión ejercida por las fuerzas armadas, la subordinación impuesta por la Iglesia, la prohibición de derechos elementales como el aborto que nos condena a situaciones de inferioridad con respecto a los hombres, etc. Todo esto enmarcado en una forma de violencia de carácter social, cultural, económica y también institucional, expresada mediante prácticas sistemáticas, naturalizadas, cotidianas y muchas veces invisibilizadas en nuestros tiempos, que pretenden que ese lugar de sometimiento y subordinación de las mujeres se presente de forma natural y servil al sistema capitalista y patriarcal.
Estudiantes organizadxs contra la violencia
Ante esto como estudiantes y feministas desde las secretarías de géneros y sexualidades de las Universidades a nivel nacional, en este caso desde la Coordinadora de Secretarías de géneros y sexualidades del Norte, especialmente la SEGESEX UCN Antofagasta, no sólo problematizamos, sino que también nos parece importante luchar por los derechos de las mujeres y disidencia sexual organizándonos en estos organismos estudiantiles abiertos a las bases y a toda la comunidad, como forma de alzar la voz y de acción contra las miserias que vivimos diariamente.
Te invitamos a ser parte de la campaña en repudio del acoso y participar de todo noviembre en el MES CONTRA LA VIOLENCIA, para salir a marchar finalmente este 25 de noviembre por nuestros derechos, por desnaturalizar y por emancipar.
Ante esto como estudiantes y feministas desde las secretarías de géneros y sexualidades de las Universidades a nivel nacional, en este caso desde la Coordinadora de Secretarías de géneros y sexualidades del Norte, especialmente la SEGESEX UCN Antofagasta, no sólo problematizamos, sino que también nos parece importante luchar por los derechos de las mujeres y disidencia sexual organizándonos en estos organismos estudiantiles abiertos a las bases y a toda la comunidad, como forma de alzar la voz y de acción contra las miserias que vivimos diariamente.
Te invitamos a ser parte de la campaña en repudio del acoso y participar de todo noviembre en el MES CONTRA LA VIOLENCIA, para salir a marchar finalmente este 25 de noviembre por nuestros derechos, por desnaturalizar y por emancipar.

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